SI NO SABES AMAR, TU VIDA PASARÁ COMO UN DESTELLO

jueves, 27 de agosto de 2009

DIARIO DE VIAJE: NEPAL (XII)

BHAKTAPUR

24-05-2009

A tan solo 6 kilómetros de Katmandú se encuentra la tranquila ciudad de Bhaktapur. También conocida en nepalés como Bhadgaon (ciudad del arroz) y en newarí Khwopa (ciudad de fieles), es la tercera ciudad mas grande del valle. En ella se respira un ambiente ancestral. De las tres grandes ciudades del valle es la mas tranquila, quizás debido al hecho de que en su interior está prohibida la circulación. Las calles adoquinadas y las fachadas de ladrillo rojizo con balcones y vigas apuntalando los tejados ricamente labradas en madera hacen que esta ciudad parezca atrapada en una época remota.
Aunque el centro de la ciudad se organiza en torno a las monumentales Plazas Durbar y Taumadhi Tole, toda la ciudad está plagada de santuarios, patios y pozos de agua.
La época de mas esplentor de esta ciudad surgida en la ruta comercial hacia Tíbet tubo lugar entre 1428 y 1482, bajo el dominio de Yaksha Malla, quien mandó construir dos de los templos mas imponentes de la ciudad (el de Pashupatinath y el de Dattatreya), aunque también hubo una segunda época de esplendor en torno al siglo XVII, también bajo un gobernante Malla (Bhupatindra) durante la cual se llegaron a contabilizar en la ciudad 172 templos y monasterios.
El terremoto de 1934 que sacudió el valle de Katmandú tubo aquí unos efectos desastrosos que aun pueden notarse en la estructura de algunas casas. Muchos templos se derrumbaron, algunos se perdieron para siempre, otros fueron restaurados en la década de 1970 gracias a la ayuda de Alemania.













Como curiosidad comentar que en los puntales de muchos templos y santuarios nepaleses se exhiben tallas de alto contenido erótico o de sexo explicito. Generalmente ocupan un lugar discreto dentro del puntal tallado, la parte inferior, a modo de nota al pie, y al contrario que el resto del puntal están ejecutadas de forma grotesca. Una de las muchas esplicaciones que se dan es que es una forma de espantar a la diosa del rayo, que es virgen y al observar estas escenas se escandaliza y no se acerca a los templos. Aunque a ciencia cierta su función o intención se desconoce.




































(ejemplo de lingam fálico que hace referencia a la fuerza creadora de Shiva y que son adorados y pueden ser encontrados en cualquier inesperado lugar)



Pero quizás lo mas fascinante de Bhaktapur es la vida cotidiana que se desarrolla en sus calles con cierto aire medieval. Podemos encontrar desde mujeres que secan el arroz al sol, hombres pelándose o cosiendo en la calle, mujeres bordando o haciendo cuencos de cerámica...Bhaktapur es una ciudad en la que se conjugan a la perfección la vida agricola y una fuerte industria artesanal de talladores de madera, ceramistas...no en vano la artesania tradicional de esta zona guira en torno a la madera tallada que adorna todos los edificios, así como ventanas de origen medieval con bellos calados realizadas en terracota (algunas, como la del pavo real, son famosas en todo el valle). Otra curiosidad son la gran cantidad de porches publicos y cubiertos en los que hombres y mujeres se sientan para realizar sus tareas cotidianas mientras charlan con familiares y amigos y donde permanecer refugiados mientras en la calle el monzón derrama sus abundantes trombas de agua sin que eso afecte a sus quehaceres.








































































































































































































Pasar el día en Bhaktapur ha resultado todo un placer para nuestros sentidos. Explorarla, disfrutar con sus conjuntos munumentales, de sus gentes, callejear, de nuevo ser sorprendidos por el monzón, explorar aquellos templos que afectados por el terremoto y alejados del centro han sido olvidados... en definitiva la visita a esta ciudad que cuando traspasas sus puertas parece arrastrate a una época preterita...ha resultado embriagadora, fascinante...y agotadora.






















Cenamos en una famosa pizzería del centro de Katmandú mientras planificamos la visita del día siguiente a PATAN.

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