SI NO SABES AMAR, TU VIDA PASARÁ COMO UN DESTELLO

martes, 25 de agosto de 2009

DIARIO DE VIAJE: CHINA - TIBET - NEPAL (XI)

KATMANDÚ

22-05-2009

En el motel de la frontera, la noche anterior, había sido una pesadilla. Mael decide que en Katmandú vayamos a ver que tal está un hotelito ubicado en el centro de la ciudad y que tiene mucho encanto. Se trata del Kantipur Temple house, construido en un antiguo templo de estilo newar. Yo solo necesito una noche en un sitio así para recuperar fuerzas. La señora que nos atiende es muy simpática y tras saber el precio Mael dice que no perdamos más tiempo haciendo y deshaciendo mochila y buscando al día siguiente otro lugar para dormir. Le preguntamos a la señora si por quedarnos cinco noches nos haría una rebaja en el precio, la mujer acepta. Un señor intenta llevar nuestras mochilas pero no lo permitimos, nos acompaña a nuestra habitación y por el camino nos va enseñando otras más lujosas por si queremos cambiar de opinión. La nuestra es mas humilde pero aun así es amplia, elegantemente decorada y con un gran ventanal que da al patio interior ricamente ornamentado al estilo arquitectónico newar. Estamos encantados.
Lo primero que hacemos es tomar una ducha y tumbarnos cinco minutos para planificar el resto del día. Acordamos pasear por el centro, que aquí fluye en torno a la calle Thamel (barrio de mismo nombre) hasta la plaza Durbar, centro efectivo de Katmandú. En cualquier caso la Plaza Durbar la dejamos para el próximo día y nos centramos en pasear por Thamel y hacer algunos recados como vaciar mis fotos (tuve un problema en Tíbet con mi memoria externa para vaciar directamente tarjetas de memoria, simplemente se murió) y comprarnos unas chanclas para llevar los pies al aire, pues el calor en Katmandú es sofocante y nuestros pobres pies, en las tan útiles hasta ahora, botas de montaña, se están cociendo al papillote.
Comemos algo en un restaurante cuyos camareros son sordo-mudos y probamos la cerveza local que generalmente son Everest (que exhibe una fotografía Tenzing Norgay, el guía Sherpa que acompañó a Edmud Hillary en la cima del Everest cuando esta fue conquistada por primera vez por ellos) y Nepal.
Por las calles de Thamel, repletas de tiendas de artesanía nepalí y tibetana, así como de tiendas donde venden todo tipo de ropa y complementos de montaña, buscamos unas chanclas. Regateamos, regateamos, regateamos. No estoy dispuesto a pagar en Nepal el mismo precio que pagaría aquí por unas chanclas. Al dueño de la tienda que me está descargando las fotos (tarda mucho debido a los continuos apagones eléctricos que hay en la ciudad) le preguntamos por el sitio donde él compraría unas chanclas. Seguimos sus indicaciones y en breve nos compramos unas chanclas de piel que decidimos llevarnos puestas. Nada mas salir a la calle nos sorprenden las lluvias torrenciales del monzón. Junto a otros transeúntes nos refugiamos bajo una balconada a esperar que amaine. En cuanto podemos regresamos al hotel, descansamos un poco y salimos a cenar al restaurante Third Eye. Tiene una terraza agradable donde al caer la noche corre un poco de aire y se está muy a gusto, tomamos pollo tandoori y aquí nos sorprende el apagón de luz que durará toda la noche. Eso no impide que desde las terrazas se escuche estruendosa musica inglesa en directo para atraer y entretener a los turistas.


23-05-2009
Hemos dormido de lujo. Nos levantamos pronto para visitar la Plaza Durbar, pero ya desde que ponemos los pies en el suelo Mael está de mal humor. Me lo contagia. Es el resultado de 20 días juntos las 24 horas. Por una tontería referente al agua (en el hotel se pueden rellenar las botellas) y Mael rellena la nuestra con agua caliente ¿¿?? Nos enfadamos y como ninguno da su brazo a torcer yo decido que no voy a visitar Katmandú llevando los dos cara de culo. Como ninguno da su brazo a torcer decido que visitaremos Katmandú por separado.
Cuando estoy desayunando me doy cuenta de que a penas tengo dinero para pagar lo que estoy tomando. Con tanto orgullo se me ha olvidado que Mael se ha quedado el dinero y la guía pero como no estoy dispuesto a ceder decido cambiar dinero y me compro una guía de Nepal en inglés. Y así comienzo mi recorrido por los templos, estupas y altares que aquí y allá sorprenden al viajero desde Thamel hasta la plaza Durbar. El centro de Katmandú conserva un aire medieval, de hecho muchos templos son de esa época en la que Katmandú era una ciudad estado enfrentada a sus vecinas Bhaktapur y Patan bajo el dominio de los reyes Maya que gobernaron estas ciudades desde 1200 hasta 1768 aprox. De hecho es en 1482 cuando el valle de Katmandú se divide en los tres reinos Bhaktapur (Bhadgaon), Katmandú (Kantipur) y Patan (Lalitpur) que a partir de ese momento se disputarán el derecho de usar las lucrativas rutas comerciales con Tíbet.
Las plazas Durbar de estos tres reinos, cuyos numerosos templos y construcciones datan de los siglos XVII y XVIII e incluso en ocasiones son mucho más antiguos, eran el lugar donde los reyes de la ciudad se coronaban y desde donde reinaban, ya que “Durbar” significa “Palacio”. En 1934 un terremoto causó graves daños en las tres y hubo que reconstruir algunos templos que se habían desplomado otros se perdieron para siempre y de ellos solo queda la planta sobre la que se elevaba su estructura. En 1979 la UNESCO declaró estas tres plazas Patrimonio Mundial.












































































































































































































































































































La plaza Durbar de Katmandú se compone realmente de tres plazas conectadas en las cuales se distribuyen templos dedicados a Shiva (el creador y destructor representado frecuentemente con el lingam fálico símbolo del papel creador), Vishnu (el protector), Shakti, Kali, Parvati (la gran diosa Devi, shakti de Shiva), Durga, Brahma (el dios de la visión total representado con cuatro brazos y cuatro cabezas), Ganesh (el popular dios con cabeza de elefante), Hanuman (el dios mono), Machhendranath, Tara ( tiene 108 representaciones distintas), Saraswati (diosa de la sabiduría y consorte de Brama)así como de infinidad de deidades menores cuyos altares se pueden encontrar en los lugares mas insospechados. Tambien en esta plaza esta el complejo palaciego, denominado Hanuman Dhoka. Muy deteriorado, en la actualidad alberga una exposición sobre la monarquía y la historia de Katmandú y Nepal y está siendo reparado. El rey no vive allí desde hace más de un siglo. Quizás lo más imponente sea la torre de Basantapur, de nueve plantas.












































































































































































































































































































Como imaginaran tal número de templos, estupas y capillas que existen en el centro de Katmandú es tan barroco que resulta agotador, mucho mas describir y comentar cada uno de ellos. A medio día subí a la terraza de un bar que tenía una vista privilegiada de la plaza y tome una cerveza. Mael me manda un sms para comentarme que ha dejado en el hotel fotocopias de la guía. Me encanta contestarle que “te lo agradezco, pero me compré una guía”. Tras la necesaria cerveza sigo uno de los recorridos recomendados por la guía a fin de ir visitando lugares fascinantes mientras callejeo. Mil veces me pierdo y mil veces le pregunto a la policía que amablemente me pone en el buen camino.






































































































































































































































































































































































































































Al cabo de varias horas estoy de nuevo en el bullicioso Thamel. Subo a una agradable terraza y me compro una botella de agua grande y me tomo dos cervezas. Hablo con mi hermana por teléfono y decido hacer algunas compras envalentonado por la fluidez con el inglés que me da el alcohol. Entro en varias tiendas sin decidirme, hasta que, por fin, encuentro una en la que los tankas (pinturas religiosas tibetanas hechas a mano) son de gran calidad. El vendedor, muy simpático, me hace pasar a la trastienda y allí sentados en el suelo, comienza a enseñarme dibujos. Mi intención es comprar algunos pequeños para regalar, Mael y yo hemos acordado que compraremos uno grande para nuestro piso. Así, con mi inglés comienzo un divertido regateo en el que vendedor y yo nos reímos a mandíbula batiente, me acerco los dibujos a la cara para verlos bien y gesticulo como un teleñeco:
- What is this drawing?
- Is an elephan
- An elephant!!!! It seems a rabbit!!!!
Reímos y yo aprovecho para bajar el precio mientras él continua:
- Is a master piece
- This? I do not create it, this seems painted by a boy
En fin, una hora mas tarde salgo de la tienda con cinco tankas comprados a muy buen precio y con la promesa de regresar para comprar una “master piece”.

Subo a otra terraza desde la que veo pasar a la gente, tras de mi un gran y circular cartel de Carlsberg. Mando un sms a Mael.
- ¿Qué tal te ha ido el día? ¿me has echado de menos?...yo a ti…sí. Si quieres me lo cuentas, yo estoy en Thamel, en la terraza con el cartel inmenso de Carlsberg.
Mael estaba cerca, así que no tarda en llegar. Jocosamente nos contamos como nos ha ido el día por separado. No es mala terapia, resulta divertido. Realmente hemos visto lo mismo aunque en momentos distintos. No obstante intentamos pillar al otro en algo “fantástico” que uno vio y el otro no. Mael, amante de las cosas mas excéntricas, me dice que no encontró el altar al dios del dolor de muelas…yo sí lo vi. El lo duda y yo le enseño la prueba: touche!
Cenamos en el restaurante Yin Yang, un restaurante muy agradable en el que sirven comida tailandesa de gran calidad…rico, rico. Mientras, planificamos nuestro próximo día: Bhaktapur.






















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