El 21 de Julio Mael cumplia 29 añitos. Hace meses, cuando supe que la gira "Sticky and Sweet" pasaría por Barcelona, donde solo se daría un concierto en el Estadio Olimpico el 21 de julio pensé que se trataba de una señal: ¿qué mejor manera de celebrar un cumpleaños? Así que sin esfuerzo compré dos entradas de pista.

Para Mael era el primer concierto de la reina del pop, yo había tenido la suerte de verla ya en una gira anterior, de la que recuerdo una puesta en escena espectacular que el pasado 21 no vimos. Ver a la ambición rubia en concierto es siempre una experiencia única, casi mistica, la explosión de energía, las nuevas canciones y las versiones de sus grandes éxitos de toda la vida, la forma de interactuar con el público. Cuando apareció en el escenario en su sillón en forma de M el estadio se venía abajo, y el show comenzó a rodar con su saludo a Barcelona.

Como siempre Madonna se mostró incombustible. En las dos horas aproximadas que duró el concierto repasó canciones de su último disco "Hard Candy", pero no olvidó los grandes éxitos que la han encumbrado como reina indiscutible en estos 30 años de carrera. La puesta en escena, tras asistir al concierto de U2 parece pecata minuta: cinco grandes pantallas sobre un escenario enmarcado en dos inmensas "M" y al lado de cada una de ellas otra pantalla.
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