Noche del 11-05-2009
Nuestro Hostal Juvenil se encuentra en la calle Beijing Donglu, una de las arterias principales de la ciudad que parte desde el Palacio del Potala. El jeep entró por un pequeño pasillo hasta un patio interior, tipo corrala y muy típico en esta calle, en el que había varios locales, uno de ellos era nuestro Hostal. Nos recibió el director, Lee Jack, que había sido nuestro contacto en todo el proceso de negociación y planificación de la ruta y el precio. Es un chino joven y agradable con un "no poblem" siempre colgando de la comisura de los labios. Nos enseñó nuestra habitación (que daba al patio interior) y antes de proceder al pago decidimos repasar con el, una vez mas, nuestro itinerario de los próximos días: "no poblem". Teníamos dos dudas, una era que fuera de nuestro itinerario había quedado el monasterio de Samye y nos interesaba verlo, la otra era si pagarle todo ahora o reservar una parte para el final. A lo primero nos contestó que lo preguntaría pero era improbable por que no aparecía en nuestro permiso de visita que ya estaba gestionado. A la mañana siguiente nos confirmaría que no podía ser, se trataba de un monasterio muy reprimido por el ejercito tras los incidentes del año anterior. En cuanto a lo de pagar, el nos pedia el resto del dinero, pues le habíamos hecho, hace meses, una transferencia de 300 euros. Como hasta ahora no nos había fallado y parecía facilitador optamos por pagarlo todo. Creo que en el futuro si alguien viaja y contrata uno de estas rutas debe pagar una cuarta parte para reservar y una vez allí dos cuartas partes mas reservandose la ultima para el final, cuando el viaje se ha finalizado tal cual se acordó, así se asegurará de que todo vaya bien hasta el final, mas adelante se irá viendo el porqué de esto.
Tras acomodarnos bajamos a comer algo al bar-restaurante que hay en el patio interior y pedimos algo de verdura y sopa con momos de Yak. Los momos son una especie de empanada típica tibetana que puede estar rellena de varias cosas sobre todo verduras o carne de yak. Se sirve frita, hecha al vapor o en sopa. Es algo realmente delicioso. Para evitar la desidratación debido al clima de alta montaña, y quizás hasta que sepamos como nos adaptamos a la altura, suprimimos la cerveza y bebemos mucha agua. Esa primera noche en Lhasa dormimos como angelotes, y soñamos con todas las maravillas que nos quedan por ver.
DIA 1 EN TÍBET ( 12-05-2009)
A la mañana siguiente antes de que vengan el chofer y el guia bajamos a desayunar al mismo bar donde cenamos a noche. Hay una camarera tibetana bajita y regordeta, simpatica y estresada que me recuerda a la ayudante de Doctor en Alaska, con ella nos comunicamos con señas. Pedimos uno de los desayunos de la carta. Cuando comienza a traer la comida es excesivo y algunas cosas, la verdad, no nos apetecen: un gran vaso de leche, una sopa acuosa con unas albondigas de harina, algo de verdura, tostadas, cafe con leche...acordamos que el proximo dia nos limitaremos a pedir cafe con leche y tostadas, Mael con mermelada y yo con un huevo frito, que ya estoy acostumbrado.
Lo primero que haremos esta mañana será pasar por el Palacio del Potala a reservar las entradas para mañana ya que cada dia se vende un numero limitado, aunque a precio desorvitado :100yoanes. Para reservarlas ademas de los permisos necesitamos presentar pasaportes. Nuestra primera visión de Lhasa, ciudad sagrada, la que antaño fuera prohibida a los extranjeros pues fue profetizado por el penultimo Dalai Lama que ellos la destruirían, fue terrible. La profecia se había cumplido. Fomentado por el gobierno chino una gran cantidad de chinos se han establecido en Lhasa y han abierto sus negocios de grandes carteles y luces de neon. En la actualidad la población china es mayoría en Lhasa. La ciudad tantas veces soñada como reducto inaccesible se ha modernizado tanto que solo desde las alturas y con ayuda de una fotografia antigua puedes imaginar todo lo que se ha perdido. Lhasa camina a pasos agigantados hacia la transformación en una de esas enormes urbes chinas donde todo rastro de identidad es esterminado. Nos embarga una gran tristeza y por primera vez tambien la ira hacia el gobierno chino y la ocupación de Tibet. Esta ultima idea no nos abandonará el resto del viaje. Tampoco la idea de pensar hasta que punto somos responsables o complices los turistas que la visitamos y desencadenamos toda una industria que el gobierno chino se afana en cuidar y montar, como si de un parque de atracciones se tratara, solo para nuestros ojos. Esta Lhasa terrible a la vista y al alma no la enseñan las agencias de viajes ni las peliculas, ni los documentales, es un secreto cruel que se reserva para que sea descubierto por el viajero.
Despues (y siempre en Jeep, algo que consideramos innecesario por las cortas distancias), visitamos el monasterio Drepung. este monasterio, que se encuentra enclavado en una montaña al oeste de Lhasa era antaño uno de los tres pilares del estado tibetano y se consideraba el monasterio mas grande del mundo, pues llegó a albergar 7.000 monjes, en la actualidad viven en él unos 700. Curiosamente no fue saqueado por la Guardia Roja durante la revolución cultural pero si lo había sido con anterioridad por los reyes Tsang y los mongoles. A su alrededor hay un enorme Kora (recorrido que hacen los creyentes para limpiar su karma). los kora que rodean templos y monasterios solo son la ultima parte de un kora mucho mayor que comenzó el peregrino al partir a pie de su alejada aldea, caunto mas duro sea el viaje mas posibilidades de que tu karma quede limpio, por eso hay mucha gente que lo hace descalzo, o tirandose al suelo para rezar a cada paso, y llevando unicamente lo básico: un sombrero para protegerse del sol y la lluvia, una mascara para cubrir nariz y boca de los vientos agrestes y del polvo del camino, en la mano un rodillo de plegarias.
Una vez cerca del monasterio o del templo se adquieren katas para venerar a los dioses, mechas de vela, pequeños esbotos de arcilla con un buda labrado, o mantequilla de yak. Muchas mujeres la llevan ya derretira en termos y luego la van vertiendo en lugares sagrados o en las velas que ya arden dentro de las capillas. Tambien llevan pequeñas cantidades de billetes de 1 yoan que van dejando en los lugares mas insospechados y allí donde hay estatuas de antiguos lamas o de dioses bondadosos.
Los monasterios tibetanos son practicamente iguales. Se trata de una especie de pueblo en el que se distribullen capillas en cuyo interior se guardan imagenes de dioses protectores o antiguos lamas. Luego estan las viviendas de los lamas y mas arriba siempre uno encuientra ruinas de una epoca mejor. En algunos monasterios hasta se distingen las maderas tiznadas que asoman bajo los escombros. hay que dejar claro que se paga por entrar en todos. Luego, para fotografiar las capillas por dentro hay que pagar en cada capilla, en ocasiones preción tan abusivos que doblan o triplican el precio de la entrada al monasterio.
Al pie de la montaña en la que se hubica el monasterio de Drepung, se haya el pequeño monasterio de Nechung, en su interior se guarda en gorro de mas de 25 kilos que se coloca al oráculo dentro de un rito ancestral antes de que emita una predicción o profecia. Lo mas hermoso de este monasterio son las pinturas de dioses, espíritus y mitología tibetana que adornan las paredes del patio. Pena de estas imagenes, que adornan muchos monasterios y deverían ser patrimonio de la humanidad y sin embargo en algunos templos las encontraremos muy deterioradas o restauradas de cualquier forma.
El guia nos pregunta si queremos comer antes de visitar el próximo monasterio. Estamos de acuerdo pero pedimos un lugar para comer comida tibetana. Nos llevan a una terraza de la zona del Barkhor y por primera vez tenemos una visión de la plaza del mismo nombre que se extiende frente al templo Jokhang, el alma de Lhasa. La plaza Barkhor desde la terraza en la que comemos unos momos y probamos el tsampa es una plaza fuerte tomada por el ejercito chino. Hay grupos que patrullan marcando el paso entre los pelegrinos, en todas las calles de acceso hay militares armados, al igual que en muchas terrazas. Se trata de jovenes soldados de poco mas de 18 años que han de mantenerse inmobiles con las armas en las manos durante horas, cuando cae la noche algun compañero les reparte abrigos gordos para convatir el frio nocturno de alta montaña, ahora que el sol ha salido y aprieta con fuerza, no pueden hacer nada para convatirlo. Ante nuestro asombro al ver esta nueva Lhasa transformada en estado marcial, el guia me avisa: ¡no fotos, poblem!
A cinco kilometros al norte de Lhas se encuentra el monasterio Sera, otro gran centro gelugpa como Drepung. Fue fundado en 1419 y de los 5.000 monjes que vivían aqui antes de la revolución cultural, en la catualidad solo hay 600. En la actualidad, además de numerosas hermosas capillas e imagenes de dioses y antiguos lamas, el gran atractivo turistico reside en que de 15.30 a 17.00 horas los monjes se reunen en un jardín cerca del centro del monasterio para debatir. Se sientan en grupos y solo el que habla permanece en pie hablando y en ocasiones haciendo gestos histriónicos, como dar una palmada cada vez que habla o gesticular energicamente con los brazos. En un momento dado nuestro guia nos dice que terminemos pronto para poder ir al Norbulingka. Le decimos que no, que terminaremos de visitar el monasterio con calma y luego nos iremos al hostal a descansar. Nos notamos muy cansados. El mal de altura comienza ha mostrar sus primeros síntomas en nosotros.
Cuando ya hemos paseado por el monasterio les pedimos que nos lleven al hostal. Estamos francamente agotados, es solo media tarde, nos duchamos y nos acostamos pronto, ni tan siquiera recuerdo si cenamos. Queríamos estar descansados para el próximo día poder disfrutar de la visita al Potala y al Norbulingka.
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