LA MUERTE EN VENECIA
(En primer lugar quiero dar las gracias a los mas de 20 modelos con los que he trabajado a lo largo de este año. De todos he aprendido algo y sin ellos este proyecto no habria sido posible. De todos tengo fotos fantasticas, pero para este proyecto tenia que entregar 12 y al final me ha costado tanto seleccionar, no ha sido tarea facil, que han sido 19. Estoy feliz con el resultado y aunque mi nota esta por salir, se la dedico a ellos.)
Hace algunos meses me asaltaron las ganas de viajar. Sin embargo, no ansiaba cruzar fronteras y por todo equipaje quería llevar, únicamente, la piel…y una cámara fotográfica. Era un viaje aparentemente sutil, pero a caso resulte un viaje infinito al que tras estos meses solo he logrado, como si de una cebolla se tratase, arrancarle una o dos capas. No era un viaje de caminar hacia delante, si no de rascar hacia en interior. Ya decía Buda que más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.
Este trabajo que presento vendría a ser unas hojas del libro de bitácora que me ha acompañado en estos meses. He realizado más de 20 sesiones de plató intentando escarbar en una de mis ideas sobre la belleza. Probablemente la que hasta ahora consideraba mas intima y subjetiva, plasmada en el rostro y el cuerpo masculino jugueteando con la luz y las sombras. Las sesiones me creaban cierta ansiedad pues mis modelos eran siempre desconocidos, algunos inocentes habitados por el espíritu de Narciso, otros con alma de marinero canalla de Brest. Siempre aprendí algo de cada sesion y, como algunas tribus del amazonas, disfrutaba pensando en haber robado un trozo del alma del modelo o cuanto menos, que había atrapado unas horas de su vida en las que mis fotos, como el regalo de un dios antiguo, les concedían juventud y belleza eterna…tan solo eso me resultaba mas estimulante que una droga…hoy todos son mas ancianos y están mas cerca de la muerte que cuando los fotografié, pero probablemente ninguno se lo plantee. Y sin embargo, cuando contemplaba el resultado en mi casa, quien sabe por que extrañas asociaciones del subconsciente, me sentía ligeramente abatido, nostálgico, como ebrio de vino y fado, y no podía evitar acordarme de aquel Gustav von Aschenbach, del libro de Thomas Mann, que en el albor de su vida desea viajar y termina en una Venecia decadente, rodeado de muerte, siendo consciente del cenit de su vida, de su incurable vejez, pero debatiéndose entre la contemplación de la belleza y la atracción de la carne:
“porque la belleza, Fedro, tenlo muy presente, sólo la belleza es a la vez visible y divina, y por ello es también el camino de lo sensible, es, mi pequeño Fedro, el camino del artista hacia el espíritu. Pero ¿crees acaso, querido mío, que algún día pueda obtener la sabiduría y verdadera dignidad humana aquel que se dirija hacia lo espiritual a través de los sentidos? ¿O crees mas bien que es este un camino peligroso y agradable al mismo tiempo, una autentica vía de pecado y perdición que necesariamente lleva al descarrío? Porque has de saber que nosotros, los poetas, no podemos recorrer el camino hacia la belleza sin que Eros se nos una y se erija en nuestro guía; sí, por más que a nuestro modo seamos héroes y guerreros virtuosos, en el fondo…lo que nos enaltece es la pasión, y nuestro deseo será siempre, forzosamente, amor: tal es nuestra satisfacción y nuestro oprobio. ¿Comprendes ahora por qué nosotros, los poetas, no podemos ser sabios ni dignos? ¿Comprendes por que tenemos que extraviarnos necesariamente, y ser siempre disolutos, aventureros de sentimiento? La maestría de nuestro estilo es mentira e insensatez; nuestra gloria y honorabilidad, una farsa; la confianza de la multitud en nosotros, el colmo del ridículo y el deseo de educar al pueblo y a la juventud a través del arte, una empresa temeraria que habría que prohibir. ¿Pues como podría ser educador alguien que posee una tendencia innata, natural e irreversible hacia el abismo? Quisiéramos negarlo y conquistar la dignidad, pero a donde quiera que volvamos la mirada, nos sigue atrayendo.”
Así pues, no logro dilucidar si lo que he atrapado en mis fotos es belleza o pasión, divinidad o hedonismo, juventud o decadencia, la conciencia de mi mente o el abismo de mi alma…mi alma…anímula, vagula, blandula… (pequeña alma errante y encantadora).
GRAN CARMELO BLAZQUEZ, CUANDO NECESITES DE MI PERSONA PARA FOTOGRAFAR SABES QUE SERÁ SIEMPRE UN GRAN PLACER* DENY FLAGGER, ABRAZÓS*
ResponderEliminarHey Deny, al final nos quedó pendiente hacer aquellas fotos que tu querias por Barcelona, como dijiste que te marchavas de aqui ya to te comenté nada mas, pero si regresas me pongo a tu disposición, fue un placer trabajar contigo y el resultado estubo genial.un abrazo y espero que todo te vaya bonito
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