Comienzo este diario de viaje a 11.000 kilómetros de altura, mientras sobrevolamos los Montes Urales. El avión, en completa oscuridad, pretende dormir. En algún punto entre Helsinki y este en el que ahora nos encontramos, muy posiblemente a través de la Estepa Siberiana, fuimos alcanzados por la oscuridad de la noche, aunque ahora avanzamos hacia el día y el cielo esta lleno de los azules y lilas pálidos que preceden al alba.
(fotos de Helsinki donde haciamos escala de 5 horas, en tres horas el unico encanto que le encontramos-seguro que tiene muchos mas-fue el estofado de Reno)
Del aeropuerto a nuestro hostal, ubicado en un Hutong cercano a la plaza de Tiananmen, nos trasladamos en transporte público, sin embargo no pasamos los controles de seguridad del metro al no querer deshacer las mochilas para enseñar los líquidos y nos tenemos que salir, tras enfadarnos por no haber hecho que alguien del hotel viniera a buscarnos al aeropuerto (como el resto de turistas) cogemos un taxi, que para nuestra sorpresa es una versión moderna del autoritshou Indio. Nos abren la puerta trasera, Mael y yo entramos primero y luego el conductor nos pasa las mochilas, de tal forma que al cerrar la portezuela quedamos embasados al vacío. La ciudad se ve limpia, ordenada, moderna, parece una ciudad europea, me decepciona un poco como turista, pero como ser humano me alegra. En la puerta de nuestro hostal (Alberge Juvenil Leo) el chofer querrá quedarse con el cambio, como nosotros no vemos la necesidad de propina lo reclamamos y el chofer esgrime todas sus armas: se quita la americana y nos enseña que es manco, lo cual tiene su merito para conducir este trasto en una ciudad con tanto tráfico. Exijo el cambio.
El albergue limpio, concurrido de turistas y regentado por un grupo de jóvenes trabajadores chinos simpáticos. De todas las calles por las que hemos pasado viniendo desde la estación de autobuses me parece que esta ubicado en la que tiene mas encanto. Un Hutong en un barrio antiguo con casas bajas y laberínticas callejuelas sin asfaltar entorno a las que se articulan todo tipo de negocios, principalmente de comida para llevar, poco higiénicos pero que confieren un aspecto de autenticidad. Muchos Hutong han desaparecido en detrimento de la construcción de modernos edificios y a fin de conseguir una ciudad moderna para las olimpiadas del año pasado. En principio parece que los pocos que quedan serán respetados. Nosotros estamos a 5 minutos caminando de la plaza de Tiananmen, donde se encuentra la puerta , único resto de la antigua muralla de la ciudad, derruida por Mao, el horrible mausoleo del dictador, y la fachada de entrada a la Ciudad Prohibida, donde se exhibe el famoso (y antiestético retrato) del susodicho. La inmensa plaza esta enmarcada por amplias avenidas flanqueadas de edificios megalíticos de fachadas descomulares que son sedes de diferentes ministerios gubernamentales y que engalanados de rojas banderas chinas y símbolos comunistas representan la fortaleza del estado. Tienen la belleza ausente de las obras arquitectónicas descomunales de los modernos regimenes totalitarios. Ojo, no nos demos a equivocación, que el ambiente que se respira por toda la ciudad podría ser definido como de libertad, orgullo nacionalista y consumismo compulsivo. Si no fuese por los ojitos rasgados podríamos pensar que estamos en la plaza del sol madrileña o en la plaza de Cataluña de Barcelona, la gente viste igual, ropa moderna, móviles, cámaras de fotos.
Nuestro primer día lo pasamos paseando y tomando contacto con la ciudad, pues estamos muy cansados tras tantas horas de vuelo como para poder disfrutar de cualquier visita. De vuelta al hostal comemos unos ricos fideos chinos en un restaurante (Mael se las ve y se las desea para comerlos con palillos) y luego hacemos una reparadora siesta de 4.30 a 22.00 horas.
Cuando salimos a la calle el Hutong se ha llenado de vida, los puestos de comida de la calle bullen, aquí y allá se vende comida preparada, nosotros nos metemos en un curioso, pintoresco y grasiento local de la misma calle, casi en frente del hostal. Comemos arroz y varios platos de pollo y verduras un poco picantes y regresamos al hostal para estar mañana al cien por cien (recordemos que yo cojeo de un pie que durante el vuelo y quizás debido al vendaje se me ha hinchado como un globo). En el hostal, rodeado de guiris que en el salón se reúnen en torno a una gigantesca pantalla de TV para ver conciertos de sus grupos preferidos (esta nostalgia es algo que no termino de entender) mientras chatean con sus portátiles o consultan su facebook. Pedimos una cerveza para terminar el día escribiendo este diario y nos llama la atención algo que es muy habitual en todos los locales chinos: una inmensa botella de licor ¿has visto alguna vez el licor chino que tiene un lagarto dentro? Pues esas enormes botellas tienen huesos, serpientes, lagartos, y una infinidad de alimañas que la llenan hasta la mitad.
01-05-09 Día internacional de los trabajadores.
Contratamos a chofer para visitar las tumbas de los emperadores Ming (que gobernaron china entre los siglos XIV y XVII y que fueron los que trasladaron la capital a Pekín y construyeron la Ciudad Prohibida) y un tramo de la muralla china, ambos a una media de 40 kilómetros de distancia de la capital y de separación entre ellos. Es día festivo en china, pero no hay grandes celebraciones, únicamente en algunos lugares cuelgan carteles felicitando el día a los trabajadores. Si se nota en la avalancha de gente que invade los monumentos y que nos encontraremos durante todo el día teniendo su culmen en la muralla china, visitada textualmente, por una riada de turistas nacionales.
Las tumbas de los emperadores están ubicadas en un valle al cual se accede por el Camino del espíritu (30 Yoanes), una avenida flanqueada de enormes estatuas de piedra que representan animales reales y mitológicos y de funcionarios. En la actualidad la avenida esta en medio de un bosquecillo de sauces llorones que emiten unas pelusas blancas que al soplar el viento imitan a la nieve. De los diversos complejos funerarios que rodean a los túmulos en los que fueron sepultados numerosos emperadores, emperatrices, príncipes y concubinas, solo son visitables tres (de los trece). De esos tres, solo uno ( el del emperador Ding Ling - 60 Yoanes ) esta excavado y se puede visitar el sobrio interior del túmulo. Generalmente la estructura consiste en una puerta de entrada ricamente ornamentada al recinto, una puerta de madera, un altar y otra puerta situada justo en frente del túmulo rodeado de muralla o no y convertido en una colina artificial en la que crecen árboles y todo tipo de vegetación, los alrededores del túmulo, actualmente jardines, pueden visitarse mientras se rodean estas colinas artificiales. El segundo (emperador Shaolin - 30 yoanes) y tercero (emperador Chang Ling - 45 yoanes) que visitamos, a pesar de tener menos turistas y estar algo menos restaurados, nos gustaron mas, aunque la arquitectura y estructura eran similares, coincidimos con la guía Lonely Planet en que el último es el mas grande y espectacular. Lo mas destacado, son los típicos tejados Ming, en este caso al ser recintos imperiales, como la Ciudad Prohibida, los tejados están cubiertos de tejas vidriadas amarillas que en los frontales presentan unos dibujos de dragones mientras que en las cornisas de las esquinas lucen animales mitológicos: cuantos mas animales mitológicos aparecen en las cornisas mas regio el edificio y por tanto su constructor.
Del regateo con nuestro chofer (y un amigo que traía como copiloto de su cutre coche con alguna idea de inglés menor que la mía) para poder visitar las tres tumbas y del tiempo que emplearíamos en cada una no voy a decir mas que que era un impresentable contratado a través de una empleada del albergue Leo con cara de actriz porno (Amy) y que al final llegamos a la conclusión de que debía ser su amigo/hermano/novio que por ser 1 de mayo no trabajaba y quería ganar un dinero fácil a cuenta de los turistas (300 yoanes), sin embargo con nosotros - terror de chóferes y guías - poco podían roer y el dinero se lo ganaría bien.
Por ultimo visitamos el tramo de muralla china mas conocido y fotografiado, y por tanto el mas invadido por turistas autóctonos y extranjeros, el de Badaling. Como todos sabemos la Gran muralla es inmensa (aunque esta comprobado que el mito de que se ve desde la luna o desde el espacio es falso). El gobierno chino ha habilitado y restaurado varios tramos que son los oficialmente visitables, para poder cobrar entrada, no obstante hay muchos tramos, también visitables y en peores condiciones, aunque con mucho encanto. Visitar un tramo de muralla consiste en patear por ella y según el tramo que decidas visitar las cuestas de subida y las inclinadas pendientes pueden terminar no resultando el agradable paseo que habíamos pensado. La Gran Muralla se extiende por kilómetros de cimas de montañas, subidas y bajadas y en Badalíng hay que decidir si se visita la parte de la izquierda o la de la derecha. Nosotros optamos por un paseo por el de la derecha en el que parecía verse menos río humano. La gente se te entretiene, se para a contemplar no solo las maravillosas vistas, también como le cuesta ascender a la gente por los peores tramos, vendedores te ofrecen una replica de medalla olímpica donde grabar tu nombre y el día en que conseguiste el increíble evento de visitar la muralla, a los chinos les llamamos la atención tanto como ellos a nosotros, y no desaprovechan la ocasión de pedirnos que nos hagamos fotos con ellos. Hace un calor terrible. Un niño se nos acerca con medio polo en la boca (que aquí no se me ocurre de donde lo ha podido sacar):
- Welcome to Beijing- frase que todos los escolares parecen tener bien aprendida.
- Thank you - contesto en mi triste inglés pero con una gran sonrisa que llega allí donde no lo hace mi conocimiento de idiomas 8sonrrio constantemente y a todo el mundo, debo parecer bobo).
- What is your name?- pregunta
- Carmelo - le contesto, abre mucho los ojos se deja el polo dentro de la boca y se lleva las manos a la cabeza como diciendo con sus simpáticas muecas: incomprensible, impronunciable. Me rio…que curioso puede resultar todo según el angulo en que se mire, yo habría hecho lo mismo si el me hubiese dicho su nombre. Continuamos nuestro paseo: subidas, bajadas…según nos alejábamos de la entrada había menos turistas, la inclinación es generalmente ascendente pero al cabo de varios kilómetros comienza un descenso que para una persona cojeante aseguro que termina siendo poco agradable pues hay zonas en las que hay escalones pero en otras solo hay rampa de bajada con barandilla. En cualquier caso fue una experiencia maravillosa de tres horas, con vistas espectaculares de la zigzagueante muralla perdiéndose en el horizonte mientras comenzaba a ponerse el sol.
De vuelta a Pekín intentamos cenar en el restaurante mas famoso para comer Pato de Pekín. Imposible, pues está completamente lleno y hay cola. Nos vamos al de al lado, donde hay una cola mas ágil y solo chinos. Ponemos a los camareros en un apuro, pero gracias al traductor de Mael (un artefacto que traduce del inglés al chino y que cuando Mael ve que realmente puede sernos útil se ilusiona tanto que solo por verle la cara ya vale la pena el dinero que se ha gastado) y a una carta que nos presentan con fotografías tras ver nuestra inicial cara de terror ante la carta en chino. Logramos cenar rico la especialidad de la casa: empanadas al vapor rellenas de verduras y carnes, mientras compartimos mesa con un señor y su hijo que se hablan poco, aunque el niño tiene cara de simpaticón.
02-05-09
Nos levantamos a las 7 de la mañana ( esto se terminará convirtiendo en un clásico). Sentimos que queremos aprovechar el tiempo al máximo. El planning para hoy que diseñamos ayer es un fiel reflejo de nuestras intenciones:
- Ciudad Prohibida
- Torre del Tambor
- Paseo por los Hutong de alrededor de la torre
- Paseo por una conocida calle en la que venden pinchos para comer con las cosas mas inimaginables: corazones de pollo, crisálidas, saltamontes…
En la recepción preguntamos antes de salir si nos pueden gestionar la compra de don billetes de tren en litera blanda (si, existe el billete de tren de litera dura, de echo a pesar de nuestros esfuerzos será el único que conoceremos en nuestros tres viajes en tren) para nuestro viaje a Xi’an, nos dicen que si, pero que mejor por las tarde.
Nos vamos a la Ciudad Prohibida pensando que nuestro madrugón tendría recompensa y cual es nuestra sorpresa al ver que las calles ya están llenas de gente (Mael dice haber leído en algún sitio que debido al 1 de mayo los chinos tienen 3 días de vacaciones). Hacemos cola para comprar la entrada (60 yoanes) y cola para alquilar una audio guía (40 yoanes, dejando 100 mas en deposito por cada audio guía). Luego, por fin, aquella ciudad que vi por primera vez en la película de Bertolucci, El Ultimo Emperador, se abre ante nosotros. La ciudad que tantos siglos fue fortaleza a la que solo tenían acceso los emperadores y emperatrices de china, sus herederos, la emperatriz viuda, las concubinas y los eunucos, ahora se muestra desnuda ante nosotros para que desvelemos sus secretos, las intrigas que se gestaron en su interior y las historias que cambiaron el rumbo del imperio chino. Ilusos nosotros que pensábamos visitarla en unas horas, si así fuera se llamaría “palacio Prohibido”, la Ciudad, laberinto de palacios y pabellones en los que se alojaban el emperador, la emperatriz, la emperatriz viuda, las concubinas…una elección de las niñas mas bellas de todos los rincones de china que luego casarían con nobles, oficiales o que formarían parte de las concubinas y los hijos de la emperatriz, además de los eunucos y otro personal de palacio. Un laberinto de callejuelas rojas y tejados vidriados color amarillo miel y otras profusas decoraciones de celosías, árboles y jardines entrelazados, estanques y fuentes y derroche de cerámicas verde y acerada, un laberinto sin principio ni fin estructurada en torno a los palacios centrales morada del emperador y aquellos edificios en los que mantenían audiencias y se decidía sobre los problemas de estado. Mientras, en un mundo paralelo y femenino, las mujeres competían por ganar el favor de la emperatriz viuda (madre del emperador) y obtener noches de placer con el emperador, noches que podían engendrar al heredero del trono del cielo, solo de esta forma una simple concubina podía terminar siendo una emperatriz, solo de esta forma una niñita hija de campesinos pero gracias al don de la belleza podía llevarla desde los arrozales a los que estaba predestinada, a gobernar un país. Mundo de luces y de muchas sombras, cargado de alianzas y conspiraciones y en el que la casualidad siempre andaba de la mano de alguna inteligente y ambiciosa mujer…o un eunuco…aunque con los planes que hacen los hombres los dioses se divierten desbaratándolos, así el destino a veces le dio a la historia de china mas de una inesperada sorpresa.
Entramos en la Ciudad Prohibida a las 9.30 de la mañana y salimos a las 17.00 horas. Además del recinto, dentro de algunos pabellones hay exposiciones sobre vida cotidiana y a parte pagamos para ver una de relojes y otra con el tesoro del emperador. Con esta ultima entrada accedemos al famoso muro de los 9 dragones. Estamos agotados, pero realmente ha valido la pena. Ha sido espectacular, emocionante y bello pasear por estos lugares prohibidos a toda persona corriente hasta hace tres cuartos de siglo, cuando el ultimo emperador Puji (“Emperador Xuantong”), tras la Revolución China de 1911 fue depuesto como emperador aunque continuó encerrado en la ciudad hasta 1924.
(Mael y yo a lo Ultimo Emperador, ejerciendo de turistas dentro de la Ciudad Prohibida, jé)